Clientes: Zenaida Velásquez Rodriguez


Zenaida Velásquez  Rodríguez

Pionera en el movimiento por derechos humanos en Honduras, Zenaida Velásquez  Rodríguez es la hermana de Manfredo Velásquez, quien fue secuestrado y desaparecido por las fuerzas de seguridad hondureñas. El 12 septiembre, 1981, Manfredo fue secuestrado a plena luz del día en el aparcamiento de un cine en el centro de Tegucigalpa. Nunca se le volvió a ver. En el momento de su desaparición, Manfredo tenia treinticinco años, era estudiante de nivel graduado, y maestro. También era el Secretario General del Sindicato de Estudiantes y un conocido activista político. Las fuerzas de seguridad hondureñas a menudo se enfocaban en tales líderes comunitarios que eran percibidos como amenazas al régimen.

Los esfuerzos de zenaida por encontrar a su hermano y llevar ante la justicia a los responsables
Zenaida inmediatamente dedico todos sus esfuerzos a encontrar a Manfredo y asegurar su puesta en libertad, pero fue incapaz de salvarle. Se cree que las fuerzas de seguridad mataron a Manfredo tras su secuestro. En 1981, Zenaida interpuso una petición con la Comisión Inter-Americana de Derechos Humanos en Washington D.C., alegando que el gobierno de Honduras era responsable de la desaparición de su hermano. Entre 1981 y 1984 la Comisión recibió tres peticiones adicionales que describían desapariciones similares: Saul Godinez, Francisco Fairen Garbi y Yolanda Solis (Cases 7951 y 8097). En 1986, la Comisión concluyó que el Gobierno de Honduras era responsable por la desaparición de Manfredo. El Gobierno, sin embargo, se negó a cooperar en ambos niveles administrativo y judicial, y fallo en entregar a la Comisión la evidencia pedida así como información sobre la desaparición. En respuesta, el 18 abril, 1986, la Comisión presentó el caso al Tribunal Inter-Americano de Derechos Humanos. En 1987, el Tribunal tuvo vistas del caso del 30 septiembre al 7 octubre. En 1988, cuando se hizo aparente a los oficiales del Tribunal que necesitarían más testigos, incluyendo antiguos oficiales militares y del gobierno, el Tribunal decidió ampliar los tramites y tener vistas entre el 18 y 20 enero.

Testigos que habían sido llamados a testificar contra el gobierno comenzaron a recibir amenazas de muerte. Aunque la Comisión rogó al Gobierno de Honduras que los protegiera, dos testigos fueron asesinados. Miguel Angel Pavon fue asesinado seguido su testimonio sobre el patrón de abusos perpetrados por las fuerzas de seguridad hondureñas. El Sargento José Isaias Vilorio, un miembro de las fuerzas de seguridad que estuvo envuelto en la desaparición de Manfredo, fue asesinado en una calle pública 13 días antes de que testificara.

A pesar de los largos retrasos del caso en el Tribunal Inter-Americano, los esfuerzos de Zenaida no fueron en vano. El 15 enero, 1988, el Tribunal Inter-Americano emitió una decisión histórica que hacia al gobierno responsable de las desapariciones y asesinatos ilegales  una vez fue probado que los individuos fueron visto por ultima vez en custodia de agentes gubernamentales. De igual manera, el Tribunal hizo al Gobierno de Honduras responsable de las desapariciones y muertes de Manfredo Velásquez y las otras tres victimas representadas en el caso, y ordenó al Gobierno a pagar a los familiares por daños causados. El caso, titulado Velásquez Rodriguez v. Honduras, es una decisión histórica en el crimen de las desapariciones.

Zenaida no limito sus esfuerzos solamente a la muerte de Manfredo. En 1982, fundó el Comité de Familiares de Detenidos & Desaparecidos en Honduras (COFADEH), una organización que ofrece apoyo a los familiares cuyos seres queridos han sido secuestrados por las fuerzas de seguridad y los escuadrones de la muerte. Entre 1981 y 1989, más de 180 civiles fueron desaparecidos por las fuerzas de seguridad.

Zenaida recibió varias amenazas y finalmente decidió abandonar Honduras en 1987 por los Estados Unidos. Recibió asilo político en 1994 y se naturalizó ciudadana en 1996.

En 1987, Zenaida volvió a Honduras pare encontrarse con el Premio Nobel de la Paz Adolfo Perez Esquivel, un argentino que había ido a Honduras a investigar abusos de derechos humanos. Zenaida, con la ayuda de COFADEH, había compilado una lista de al menos 100 personas que habían sido desaparecidas en Honduras, y planeaba darle esta lista a Pérez Esquivel. Al entra en el vestíbulo del hotel donde se hospedaba, un grupo de policías hondureños rodearon a Zenaida y la forzaron a ir a su habitación, directamente al lado del cuarto de Pérez Esquivel. Le esposaron, le detuvieron, le llevaron a rastras a un vehiculo y salieron manejando con Zenaida dentro. Zenaida tuvo la oportunidad de llamar la atención de un amigo que vio pasando por la calle. Desde dentro del vehiculo, rodeada a cada lado por policías armados, Zenaida levantó las manos esposadas a la ventana y las movió para que su amigo pudiera verlas. Su amigo inmediatamente notificó a activistas hondureños y otros miembros de la comunidad internacional de derechos humanos. Llamadas de organizaciones internacionales inundaron los teléfonos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Honduras. Zenaida fue puesta en libertad esa noche.
Durante su detención, Zenaida fue verbalmente hostigada. En un momento dado, le informaron que la policía la había tenido bajo vigilancia. Zenaida respondió con el coraje y la integridad que caracteriza su vida y la labor que realiza. Les contesto, “Me alegra que me siguierais – por así sabéis que todos mis esfuerzos se  dedican a encontrar a mi hermano y los otros desaparecidos.”  

El trabajo de Zenaida en los estados unidos
Hoy, Zenaida es una educadora de salud pública para el condado de Santa Clara, California. Continúa sus esfuerzos por llevar a abusadores de derechos humanos ante la justicia así como de mejorar la aplicación de derechos humanos en Honduras y el resto del mundo. A menudo habla en universidades y escuelas por todo California y ha testificado ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra. En 1995, representó a organizaciones no gubernamentales locales en la Conferencia Mundial de Derechos de la Mujer en Beijing. Es miembro de la Junta Directiva y vicepresidenta de Nuestro Mundo en Desarrollo (ODW), un grupo sin ánimo de lucro que se enfoca en mejorar la educación a nivel mundial. ODW le ofrece a escuelas con materiales visuales, impresos y entrenamientos prácticos para sus maestros. Tienen también una amplia biblioteca.

LA DEMANDA DE CJA
Zenaida es una de las seis demandantes en una demanda civil interpuesta en una corte federal de Estados Unidos por CJA contra Juan López Grijalba, antiguo jefe de inteligencia militar hondureña. En el momento de la desaparición de Manfredo, López Grijalba era el jefe del Directorado Nacional de Investigación (DNI) cuyos miembros se alegan haber participado en la desaparición y asesinato de Manfredo. La demanda acusa a López Grijalba de “planear, ordenar, autorizar, alentar o permitir a subordinados en el ejército hondureño y fuerzas paramilitares a cometer actos de tortura, desaparición y asesinato extrajudicial,” y después ayudar a encubrir los abusos, incluida la desaparición de Manfredo. La demanda va más allá y alega que López Grijalba ejerció responsabilidad de mando sobre los miembros del más notorio escuadrón de la muerte conocido como Batallón 316. Los otros demandantes son el hijo de Manfredo Hector Ricardo Velásquez, Oscar y Gloria Reyes quienes fueron ambos torturados por fuerzas de seguridad en 1982, y otros dos individuos hondureños viviendo en los Estados Unidos cuyo hermano fue desaparecido y asesinado.

LAS RAZONES DE ZENAIDA PARA PARTICIPAR EN LA DEMANDA CON CJA
Cuando se le pregunta porque siente que es importante llevar este caso adelante, especialmente a la luz del hecho que ya ha Ganado su caso ante el Tribunal Inter-Americano de Derechos Humanos, Zenaida explicó:
"El caso que interpuse ante la Comisión y el Tribunal Inter-Americanos de Derechos Humanos fue histórico porque hizo responsable al Gobierno de Honduras de la desaparición de mi hermano Manfredo y estableció el precedente, que cuando una persona ha sido vista por última vez en custodia de agentes gubernamentales, el Gobierno tiene la carga de demostrar lo que le ocurrió a esa personal. Pero el gobierno nunca admitió culpabilidad, nadie fue castigado, y la cultura de impunidad en Honduras no cambió. Lo que es más, el Gobierno  nunca ni siquiera nos dijo donde encontrar los restos mortales de Manfredo. No queremos dinero. Queremos encontrar los restos de Manfredo para poder darle un funeral apropiado. Nuestras heridas continuaran sangrando hasta que podamos enterrar a nuestros seres queridos. 
Este caso que CJA esta llevando no nos ayudará a recuperar los restos de Manfredo, pero al menos nos permitirá hacer responsable a un  oficial de alto cargo y de esa manera comenzar a punzar la cultura de impunidad reinante. Es un paso crucial para evitar crímenes futuros. Además, basado en parte en la evidencia que CJA ha recolectado en este caso, un juez de inmigración ha ordenado que López Grijalba sea detenido sin fianza mientras lucha su deportación de vuelta a Honduras. Si ganamos en nuestro caso, y si López Grijalba es deportado, ambas cosas tendrán un impacto tremendo en Honduras.

Con la ayuda de CJA, podemos romper la impunidad que criminales como el Coronel López Grijalba han disfrutado y realizar el sueño compartido por familiares de desaparecidos y personas torturadas en todas partes – que casos que tratan crímenes contra la humanidad van a ser escuchados en cualquier corte, en cualquier nación, y en cualquier momento. El castigo que esperamos conseguir con esta demanda no puede compararse con lo que los perpetradores han hecho a nuestros seres queridos, pero CJA nos está ayudando a conseguir una victoria moral. Estamos motivados por el amor hacia aquellos que perdimos, y también la voz de la consciencia que nos dice que debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para parar el ciclo de impunidad que lleva a más abusos de los derechos humanos. Estamos revindicando las memorias de los miembros de nuestras familias. No nos podemos rendir. “