Clientes: Oscar y Gloria Reyes


 Oscar y Gloria Reyes

Oscar Reyes es nativo de Honduras, donde era periodista y profesional en el campo de las comunicaciones. Tiene un master en comunicaciones de masas por la Universidad de Minnesota y fue el fundador y director de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Honduras. También fue consejero en comunicaciones del Ministerio de Cultura, Turismo e Información de Honduras.

Gloria Reyes es nativa de Nicaragua, diseñadora de interiores y ama de casa. En julio de 1982, Oscar y Gloria fueron secuestrados de su casa junto con su hija y dos empleados. Fueron torturados y permanecieron detenidos más de cinco meses antes de tener que exiliarse en los Estados Unidos. En los Estados Unidos, Oscar y Gloria han vuelto a convertirse en miembros prominentes de su comunidad. Oscar es director de El Pregonero, periódico semanal de habla hispana afiliado a la iglesia Católica en el área de Washington D.C.

Como joven periodista en los 1960, Oscar se mudó a Nicaragua, donde trabajó para el periódico La Prensa. Gloria era la hija de un general que había sido repetidamente encarcelado por su oposición al régimen de Somoza. Durante la estancia de Oscar en Nicaragua, los dos se conocieron y se casaron. Volvieron a Honduras en 1970 y Gloria se hizo ciudadana hondureña. En Honduras, Oscar trabajaba como profesor de periodismo y como socio encargado en una firma de películas documentales y publicidad. Gloria estaba ocupada con sus dos hijos y llevando un pequeño mini mercado junto a su casa en el barrio residencia de Florencia Sur en Tegucigalpa.

Su tortura y detencion  

En la tarde del 8 julio, 1982, miembros de las fuerzas armadas hondureñas tomaron por asalto el mini mercado y la residencia de la familia Reyes. Los asaltantes ataron y amordazaron a los Reyes, su hija de 12 años Gloria Suyapa Reyes, y su empleado Roberto Carrasco. Su empleada del hogar, María Acosta Ramírez, fue secuestrada en un cuarto del sótano. La familia Reyes y el Sr. Carrasco fueron llevados afuera y forzados dentro de una camioneta que les llevó a otro lugar. La hija de los Reyes y su empleada de hogar fueron llevadas en otro vehiculo bajo custodia de fuerzas policiales, y puestas en libertad la mañana siguiente. En una facilidad clandestina, Oscar y Gloria fueron separados y torturados durante un periodo de varios días. Oscar fue golpeado severamente y torturado con choques eléctricos; Gloria fue golpeada, electrocutada y asaltada sexualmente. Roberto Carrasco fue también torturado. Tras un periodo de varios días en el centro de tortura, los tres fueron conducidos al cuartel nacional del DNI en Tegucigalpa. Alli, fueron separados, interrogados y detenidos.
Para más información, lea la demanda del caso.

Tras varias noches en el cuartel del DNI, Roberto fue puesto en libertad y los Reyeses fueron llevados a la sala del Juez Wilfredo Madrid Paz. El Juez Madrid ordenó que la pareja Reyes permaneciera en detención pendiente de investigación bajo la acusación de “atentar contra la seguridad del estado.” Por primera vez desde su secuestro, la pareja Reyes era formalmente informada de la acusación contra ellos, pero aun así les fue negado consejo legal. Después de la vista oral, fueron encarcelados en prisiones diferentes durante cinco meses.

En diciembre de 1982, tras más de cinco meses de detención, la pareja Reyes amenazaron con revelar fotografías del saqueo de su casa y revelar a un periódico los actos de tortura y abuso cometidos contra ellos. Como resultado, el jefe de las fuerzas armadas hondureñas ordenó su puesta en libertad, bajo el acuerdo de que guardarían silencio, olvidarían lo que les había sido robado, e inmediatamente abandonarían el país. En la tarde del 22 diciembre, 1982, la pareja Reyes fue liberada de prisión, puesto bajo vigilancia militar en una casa en Tegucigalpa y llevados al aeropuerto al día siguiente. Les devolvieron sus pasaportes con visados de “salida solo”, y huyeron ese mismo día a Estados Unidos.

La familia Reyes ha vivido desde entonces en los Estados Unidos. En febrero 1983, a los dos meses de su puesta en libertad y entrada en los Estados Unidos, Oscar pidió asilo político para el, Gloria y sus hijos. Se les concedió asilo político en 1988. Oscar Reyes se naturalizó ciudadano estadounidense en 1994. Gloria y sus dos hijos se hicieron ciudadanos en 1995.

Oscar y Gloria han sufrido heridas permanentes físicas y emocionales como resultado del abuso que sufrieron durante su detención. En 1997, Oscar comenzó a contar su historia. Escribió un recuento en cuatro partes en la prensa hondureña sobre su detención y tortura así como un artículo en su periódico El Pregonero. La familia Reyes también a interpuesto una querella criminal en el Tribunal Primero de lo Penal en Tegucigalpa contra Billy Fernando Joya Amendola, un miembro del Batallón 316, por su participación en su secuestro. El tribunal, sin embargo, sobreseyó la causa.

Negandose a rendirse, la pareja Reyes se unio a la demanda civil interpuesta en los Estados Unidos en 2002 por CJA contra Juan López Grijalba, el antiguo jefe de inteligencia militar de Honduras. La demanda acusa a López Grijalba de “planear, ordena, autorizar y alentar o permitir a subordinados en el ejercito hondureño y fuerzas paramilitares de cometer actos de tortura, desapariciones y asesinatos extrajudiciales,” y de ayudar a encubrir estos abusos.

El 3 abril, 2006, CJA recibió una sentencia en rebeldía y concluyó juicio por daños en el caso. La corte mantuvo que López Grijalba es responsable por las torturas, asesinatos extrajudiciales y desapariciones en la nación Centroamericana, afirmando que su conducta fue particularmente “atroz”. Este es el primer caso en el cual un líder militar hondureño ha sido nombrado responsable de abusos a derechos humanos cometidos durante los años 1980. López Grijalba fue deportado a Honduras en 2004, y el Fiscal General de Honduras se puso en contacto con CJA en Mayo 2006 para recibir asistencia en la acusación criminal de López Grijalva por abusos a los derechos humanos basados en la evidencia desarrollada en el caso civil interpuesto en Estados Unidos.

Como se afirma en el articulo del periódico Miami Herald en su testimonio, la Juez Lenard elogió a la pareja Reyes por presentarse. “Han hablado la verdad,” Lenard les dijo a la pareja cuando terminaron de dar testimonio. “Una verdad dolorosa…pero es importante que el mundo escuche lo que han dicho, especialmente en este foro, y en la historia de este nuestro gran país, Estados Unidos de America.”

Para la familia Reyes, la demanda es un paso importante en el camino a la recuperación. Como afirmó Oscar en una entrevista con el Washington Post.
“Creo que es importante que el mundo sepa exactamente lo que sucedió en el periodo más oscuro de nuestro país y hago responsable a la gente que estaba a cargo.”